Juanjo Becerra
Casi el 80% de los estudiantes que ha disfrutado de la movilidad académica europea aseguran que fue crucial para encontrar trabajo. El CEU, líder en captación de estas becas entre las universidades privadas de España, es un buen ejemplo de las ventajas formativas de una apuesta fuerte por la internacionalización
Cuando volvió a casa después de pasar el curso 2021-22 de Erasmus en la Universidad de Lyon (la misma en la que su madre había estudiado años atrás) los padres de Paula Revuelta le confesaron que la veían muy cambiada, como más mayor. «Es una experiencia que te ayuda a madurar, porque tienes que resolverlo tu sola: el seguro médico, la residencia, los trámites de la universidad…», explica esta recién graduada en Ciencias Económicas y Empresariales. «O espabilas, o la ciudad te come».
Y lo mismo piensa Rita Fernández, que en plena pandemia hizo un curso en la Università degli Studi di Firenze (Italia) para completar allí uno de los cursos del grado en Derecho y Relaciones Internacionales. «Creces de golpe -lo resume-. Yo ahora sé que puedo con todo, tanto en el plano académico como en el personal».
Una y otra dan en la diana de los motivos por los que los expertos consideran crucial que la formación de los actuales universitarios incluya un año de formación en el extranjero, puesto que van a tener que vivir a caballo entre varios países y en un escenario cada vez más globalizado. «España es un país muy abierto a la internacionalización y al turismo, por lo que los alumnos y sus familias son también más conscientes de la necesidad de mejorar los idiomas, de desarrollar competencias multiculturales y de tener una experiencia educativa o laboral en el extranjero, por lo que son cada vez más los alumnos que piden hacer movilidades», argumenta Ainhoa Uribe, vicerrectora de Internacionalización de la Universidad CEU-San Pablo, donde completaron sus estudios tanto Paula como Rita.
Las empresas lo saben, y por eso se suelen rifar a los buenos expedientes académicos que incluyen una movilidad Erasmus + o algún otro programa similar de movilidad internacional. Según una encuesta realizada por la Comisión Europea en enero de 2018, el 93,8% de los ex becarios encuestados declaró haber aumentado sus competencias clave durante la experiencia y el 75% declaró haber vuelto a su país con las capacidades prácticas necesarias para el puesto de trabajo que acabó desempeñando.
«Yo acabo de terminar la carrera y ya me han ofrecido un contrato indefinido en EY, donde hice unas prácticas en consultoría de negocio que me ayudaron a encontrar desde el CEU», comenta orgullosa Revuelta. Precisamente, dicha institución es la que más ayudas para movilidad internacional recibe de entre todas las universidades de España, según las estadísticas recientemente publicadas por el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (Sepie) del Ministerio de Universidades.
Concretamente, en la convocatoria de 2023 se ha adjudicado 2,2 millones de euros a los alumnos de educación superior en esta institución educativa, lo que supone un incremento del 60% en comparación con el curso anterior.
«La alta demanda que tenemos de nuestros estudiantes para realizar una estancia fuera y la buena gestión interna del programa en nuestras Universidades son las claves para que la Comisión Europea haya confiado una vez más en el CEU, incrementado las ayudas destinadas al Programa Erasmus +», subraya Uribe.
UNA APUESTA POR LA INTERNACIONALIZACIÓN
Tal y como explica la vicerrectora, esos excelentes resultados no son fruto de la casualidad sino de toda una cultura mantenida por la institución desde que empezó a enviar alumnos al extranjero en 1995. «Siempre hemos apostado por la internacionalización desde dos vertientes: una interna, para que en nuestros campus los alumnos aprendan a ser más globales; y otra externa, que implica un desplazamiento a otro país».
En el primer eje, Uribe menciona la integración de asignaturas en inglés, la exigencia de contar con un nivel intermedio B2 de inglés para poder graduarse, la oferta de grados bilingües e incluso los grados íntegramente en inglés o francés. En el segundo, la decidida promoción de la movilidad entre los alumnos. «Además de ofrecerles numerosos destinos, incluso contamos con algunas titulaciones en las que es obligatoria una movilidad, y ofrecemos estancias de voluntariado y cooperación al desarrollo en países en vías de desarrollo», enumera Ainhoa Uribe.
Concretamente, solo en la CEU-San Pablo de Madrid, la mayor de sus tres universidades, la institución educativa cuenta con 385 convenios que permiten ofrecer 2.230 plazas semestrales de movilidad. Experiencias tremendamente enriquecedoras, como el proyecto de ayuda al desarrollo de Makeni, la población de Sierra Leona en la que el CEU desarrolla desde hace 14 años proyectos de salud.
La Comisión Europea destinará al mencionado proyecto en Makeni 4.400 euros de los 1,4 millones de euros que ha asignado a la Universidad CEU-San Pablo, mientras que la Cardenal Herrera de Valencia recibirá 775.000 euros (473.000 a proyectos de movilidad en la UE y el resto fuera de ella) y a la Abat Oliva de Barcelona se le otorgarán 115.000 euros.
«Te animan a viajar, porque quieren que salgas de tu zona de confort, que viajes y crezcas como persona», destaca Fernández. Porque si la internacionalización y la empleabilidad son dos de las principales señas de identidad de las universidades CEU, no lo son menos el humanismo y la formación en valores. «Además, al ser alumna en Derecho y Relaciones Internacionales, para mí era obligatorio cursar un año fuera», añade, ya como graduada y alumna del master en Relaciones Internacionales de la propia universidad.
Tanto Rita Fernández como Paula Revuelta destacan otro factor que fue clave para que su experiencia Erasmus fuera más que satisfactoria, y es la constante orientación y el valiosísimo asesoramiento que ofrece el personal del CEU. «Yo me matriculé en una asignatura de menos créditos que los que necesitaba para completar el curso y se volcaron conmigo hasta ayudarme a solucionarlo», apunta la primera.
EVALUACIÓN CONTINUA Y EXCELENTES FACULTADES
Se vuelcan con los alumnos que emigran… pero también con los que aterrizan en España, porque las universidades CEU resultan muy atractivas para multitud de estudiantes extranjeros que apuestan por ellas para su estancia formativa en nuestro país. Entre otros motivos, por el propio hecho de impartir asignaturas y titulaciones en francés e inglés y por su excelente posicionamiento en los diferentes ránkings internacionales.
Por eso atraen a jóvenes estudiantes como Alessandro Massafra, alumno de último curso de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Università del Salento (Italia), que decidió estudiar un año en España tras un viaje fugaz a Valencia. «No conocía la Universidad CEU-San Pablo, pero la elegí porque su web me parecía visualmente más atractiva y sus facultades mucho más modernas que las de otras universidades», plantea.
Massafra volvió a Italia gratamente sorprendido por su experiencia académica española. «Nunca me habría esperado encontrar profesores tan disponibles y servicios tan eficientes», declara este futuro profesional de la geopolítica, la diplomacia y el análisis de riesgos internacionales, que habla maravillas también del sistema de evaluación continua de la institución educativa.
Muy similar fue la aventura académica en nuestro país de Nelson Walker, alumno de Periodismo en la Universidad de Sheffield, que sueña con ser presentador de documentales de viajes. Nelson tuvo que hacer frente a las dificultades extra creadas por el Brexit para los británicos que quieren disfrutar de una movilidad universitaria en la UE, pero ni eso pudo frenar su sueño de estudiar en España.
«Aposté por el CEU porque vi muy claro que me permitiría mejorar mis competencias periodísticas», explica, para destacar a continuación como decisivos el nivel de su claustro docente y que acabara de inaugurar su nueva Facultad de Ciencias de la Comunicación.
«Como universidades católicas, damos mucha importancia a la atención al alumno», enfatiza la vicerrectora de Internacionalización del CEU-San Pablo. «Contamos con asesores especializados en sistemas educativos internacionales, un servicio de acogida previo a su llegada y durante sus primeros momentos en España, un servicio de orientación universitaria a lo largo de todos sus estudios que cubre sus necesidades de salud y bienestar emocional de un modo integral», añade Uribe.
Porque eso es de lo que debe ir la educación superior. Además de formar a los alumnos para convertirlos en profesionales adiestrados, debe ser un lugar donde te muestren el camino hacia la madurez, y te acompañen mientras creces. Y que al volver de un año en Florencia, en Lyon o en Bochum, tus padres de repente te vean muy cambiada, como más mayor…. Preparada para el brillante futuro que tienes por delante.
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