Otto Rojas
¡Sentirá a Venezuela en su paladar, señor Presidente! escuchó el mandatario argentino, Mauricio Macri, luego de preguntar cuál iba a hacer la sensación al probar una empanada frita venezolana, de esas que despiertan el hambre cada mañana en nuestro país o que engalanan cualquier celebración o reunión social.
Y el chef caraqueño Esteban Gregoriadis hizo que Macri se sintiera en cualquier rincón de nuestra geografía desayunando en la mismísima Casa Rosada. Le preparó un verdadero manjar criollo; de esos que a cualquiera al leer estas líneas se les vuelve la “boca agua”.
En una mesa de degustación cerca de la gran cocina del palacio gubernamental, sirvió un par de miniarepitas fritas aquellas que no son ni dulces ni saladas, con nata y un poco de salsa de ajo para untar. También había tequeños con quesito de matera en su punto, arepas rellenas con carne mechada, reina pepiada y empanadas de queso, chorizo y carne.
El presidente Macri probó una arepita y un tequeño; eran como las 9:30 de la mañana del jueves pasado, casualmente Día del Gastronómico en Argentina. Lo demás no lo probó en el momento, pero lo pidió “pa´ pola” (pa’ por la tarde). El Mandatario pidió que le prepararan una bandeja con una empanada de chorizo, otra de carne y una arepa “reina pepiada”.
“La empanada de chorizo le llamó mucho la atención. Me dijo que esa combinación jamás la había visto y que ansiaba probarla. Le respondí que en mi restaurante quisimos fusionar lo criollo de Venezuela con lo autóctono de Argentina, por eso ideamos un plato que le hiciera honor a los paladares de ambas naciones, y de allí surgió la empanada de chorizo”, contó a PANORAMA, Gregoriadis.
A Esteban le llegó la invitación para cocinar en la Casa Rosada con un poco de suerte y bendiciones de Dios, así como le ha llegado todo en su vida, “sin esperarlo”, dice. Su restaurante de comida rápida venezolana Parados Urban Food, que funciona desde abril del año pasado en pleno corazón turístico, cerca del gran Obelisco de Buenos Aires, en la avenida 9 de Julio, la más ancha del mundo, lo obtuvo sin buscarlo.
“En unas vacaciones familiares hace dos años, mi esposa, mi hijo menor y yo viajamos a Argentina a visitar a mi hijo mayor que tenía cuatro años viviendo allí. Nuestro propósito no era quedarnos, era conocer y disfrutar, se trataba de la primera vez que estábamos en este país. Durante nuestra estancia conocimos a un señor que nos ofreció vendernos un fondo de comercio (local comercial equipado) que funcionaba como una ‘panchería’ (Venta de perros calientes), al principio estábamos reacios, pero luego de varias conversaciones y negociaciones, todo se dio perfecto y compramos el local para transformarlo en Parados”, narró.
Así abrió Gregoriadis su negocio de emprendimiento fuera de casa, luego de seis meses de remodelación. “El restaurante primero fue un café, por dos semanas, y luego se transformó en una “hamburguesería venezolana en Argentina”. El local tenía varias carencias cuando lo adquirió, por lo que Esteban tuvo que hacerle ciertos cambios. “El presupuesto que tenía era bajo, por lo que me tocó hacer el trabajo de un plomero, carpintero, ayudante de albañil y hasta electricista. Había cosas que sabía hacer y otras aprendí viendo tutoriales de Youtube. Por ejemplo, por la instalación del tablero eléctrico me cobraban 800 dólares y era mucho gasto para mí, por lo que debí aprender y hacerlo yo mismo. También contraté a un albañil y yo fui su ayudante. Hicimos los baños y remodelamos el segundo piso”.
“Recibí mucho apoyo de los argentinos. En Argentina valoran a los venezolanos y nos tienen mucha estima, saben que somos personas que vinimos a su país a echarle un camión de ganas, a trabajar también por su tierra y salir adelante. Algunas personas pasaban por el local y me daban ánimos, me decían que sí se podía y que no desistiera; ese apoyo moral fue muy importante para mí, sobretodo porque en el tiempo que duró la remodelación del restaurante; yo estaba solo en Buenos Aires, mi esposa y mi hijo menor se devolvieron a Caracas para preparar todos los papeles migratorios y arreglar las propiedades”.
La receta de su esposa Dexsy Carrero, Parados Urban Food deleita a más de cien clientes de lunes a domingo. En el negocio convergen comensales de todas las nacionalidades, aunque la mayoría son venezolanos y argentinos; los brasileños, chilenos, uruguayos y paraguayos también son asiduos de la gastronomía venezolana. “Hemos recibido a chinos, japoneses y europeos. Nuestra ubicación es privilegiada porque estamos en un paso turístico”, dice.
Con la ayuda de Alfredo Franco, un cocinero zuliano, a quien Esteban considera su mano derecha, el restaurante sirve alrededor de 70 pepitos, 100 arepas y 200 empanadas diarias de 5:00pm a 12:00 de la medianoche, horario promedio de apertura del local. (Los viernes y sábados cierran más tarde y los domingos más temprano). Por las mañanas despachan arepas, empanadas y tequeños, de forma delivery hasta las 11:30am.
El menú es muy variado y autóctono. Prevalecen las hamburguesas con queso, tocineta, huevo frito y aguacate, llamadas “la con toddy”, “la quesúa” y “la 4×4”, arepas “reina pepiada”, “dominó”, con carne, tequeños, papas fritas, pepitos y empanadas de carne, cazón, pabellón, caraota con queso y la especial de la casa de chorizo.
“Al argentino le gusta mucho el pan con chorizo y llegaban al local preguntando si lo había, por eso decidimos crear la empanada con chorizo y ha sido un boom, ahora es la más pedida y vendida en el negocio”. Esteban asegura también que las arepas son una fascinación. “En el local prefieren las arepas que las hamburguesas”, comenta.
Contento y satisfecho con los logros obtenidos y por la receptividad que había recibido él y su familia. Esteban decidió enviarle, en abril, un mensaje de agradecimiento al presidente Macri a través de un programa que el Mandatario hace por instagram llamado “Hablando con el presidente”.
“Le escribí que le agradecía por haberme permitido trabajar en su país y todo el apoyo que su gobierno le estaba ofreciendo a los venezolanos que decidieron emigrar a Argentina”, recordó Esteban en entrevista telefónica desde Buenos Aires.
Sorpresa para él fue que entre los miles y miles de DM que recibe a diario Mauricio Macri, su equipo le respondió: “En junio, el presidente y yo tuvimos una conversación vía instagram live que duró 11 minutos. Me preguntó por mi familia, por el negocio y por la situación que está viviendo Venezuela. Me mostró una ventana de la Casa Rosada con vista a Palermo y yo le enseñé parte de la cocina de mi restaurante. Recuerdo que eso ocurrió en pleno Mundial de Rusia, estaban jugando ese día Argentina y Croacia y teníamos el partido en el local”.
Luego de la conversación, Esteban les envío al Presidente y a su equipo una docena de empanadas. “No sé si el presidente llegó a probarlas en ese momento, pero me dijeron en la Casa Rosada que estaban muy ricas”. A los 15 días lo volvieron a llamar y lo invitaron a cocinar comida venezolana en el Palacio de Gobierno argentino para 60 personas.
“Fui a la cita con mi mano derecha. Nos trataron muy bien desde la entrada de la Casa Rosada. Nunca nos revisaron los bolsos ni los utensilios que llevaba y eso que tenía hasta cuchillos para cortar. Nos recibieron con mucho cariño, sentí en todo momento que se trataba de una invitación de un amigo a otro para comer en su casa”.
El chef caraqueño llevó solamente la harina de maíz, la salsa de ajo, el queso de matera que le vende un venezolano y los tequeños listos congelados; los demás ingredientes los colocaron en la Casa Rosada. “Nos instalamos en la cocina junto a otros doce cocineros que se pusieron a la orden en todo momento. Preparamos 150 arepas, 10 docenas de tequeños, 90 empanadas de queso y otras 90 de chorizo que las degustaron el grupo de seguridad presidencial, su equipo de trabajo, el equipo de producción audiovisual y el personal de cocina”.
Esteban considera que la experiencia de haberle cocinado al Mandatario argentino es un recuerdo imborrable en su memoria. “Fueron pocos minutos los que compartimos con el presidente, pero el tiempo que duró fue muy gratificante y estoy muy agradecido por eso. Mauricio Macri siempre me tomó por el hombro y me repetía mucho que estuviese tranquilo que Argentina nos iba a apoyar.
“Ustedes (venezolanos) son muy buenas personas y valiosas para nuestra nación. Tenemos profesionales talentosos y calificados en todas las áreas que forman parte ahora de la fuerza trabajadora de la Argentina”, fueron las palabras del Mandatario antes de despedirse de Esteban con el sazón de Venezuela en su paladar.