El venezolano tiene la característica de ser un ferviente trabajador, pero en época de abundancia o la “cuarta” no todo era trabajo y comida, existían otras costumbres que sin perder ocasión se celebraban en el país, algo que en los últimos dos años la crisis- que el régimen no asume- les ha arrebatado ese sentido.
Redacción Venezuela Al Día
Estas tradiciones por lo general se celebraban en un entorno familiar lleno de risas, bailes y alcohol, que ahora solo viven en el recuerdo de aquellos que tuvieron la dicha de experimentar tal felicidad, a esto se debe unir viajar, “rumbear” sin motivo especial y dar obsequios para cualquier ocasión.
A continuación una recopilación de aquellas costumbres que solían estar presentes en los hogares venezolanos que con sueldo mínimo o no el dinero era lo de menos y se aplicaba el dicho “la presencia es lo que importa”, pero que la terrible crisis económica, social y política no deja cabida para festejar mucho.
Celebrar cumpleaños con regalo incluido
Apagar las velitas en la celebración de cumpleaños no era tan simple como ahora, era la excusa perfecta para las inmensas reuniones familiares, donde abundaba la comida, chucherías y las bebidas alcohólicas y dulces. Además, el cumpleañero no solo tenía la dicha de compartir en familia su día, sino que era complacido con regalos de todo tipo, gustos y costos.
Festejar en fechas importantes
El calendario de los venezolanos estaba marcado por estas fechas, algunos planificaban desde meses antes la próxima rumba o viaje mientras que otros se dejaban sorprender por la improvisación. Semana Santa, Día de la Madre, del Padre y del Niño, fechas patrias o navidad eran la ocasión perfecta para ir a la playa o viajar al interior del país o conocer otras latitudes del mundo.
Las comelonas
Las comelonas por lo general se realizaban los fines de semana entre amigos y familiares, se trataba de una reunión sin una celebración en específico donde cada persona invitada colaboraba con algún ingrediente para el banquete o con la bebida. En las comelonas eran comunes las hamburguesas, parrillas, pizzas, chucherías para “picar”, refrescos, jugos y principalmente estaba lleno de alegría, risas y anécdotas.
Viajar
Es común revisar el albúm familiar y ver fotografías de Choroní, Los Roques, Canaima, Aruba, Miami que eran solo algunos de los destinos frecuentados por los venezolanos; el sueldo no era para comida únicamente daba chance para el ahorro y posterior viajes y derroche. El venezolano era aventurero.
Ir al estadio
El béisbol es el deporte por excelencia en Venezuela, no había partido del equipo favorito que se perdiera su fanático. La devaluación del bolívar actualmente no permite tal “lujo”, ya que no solo es la compra de la entrada, sino comprar la camiseta para la nueva temporada, bebida y comida en las gradas. A esto se une reservar dinero para el taxi cuando no se tiene vehículo y el juego se alarga, en la actualidad una carrera sobrepasa el millón de bolívares dependiendo de la hora.
Fines de semana para la rumba
Fiestero, rumbero así es conocido el joven venezolano, que desde el fin de semana anterior ya estaba pensando en la próxima discoteca o casa que visitaría. Rumbear a esa magnitud implica pagar entrada, comprar bebida, variar de ropa, pagar taxi, entre otras cosas que los jóvenes se cohíben ante la falta de suficientes ingresos. Otro dato, rumbear no implicaba ser irresponsable, se podía cumplir con el trabajo y pagar demás gastos de la casa.
Caminar en las calles de noche
Algo tan simple como caminar por las calles en soledad o en familia cuando cae la noche en los pueblos, urbanizaciones o ciudades ya no se puede hacer por la inseguridad y zozobra que abunda en Venezuela. Al salir de la rumba o de cualquier celebración en plena madrugada era común transitar las calles sin la menor preocupación, ya nada de eso ocurre y cada vez más el miedo se apodera de los venezolanos.