La Bienal de Arquitectura de Venecia 2018 tiene como lema “Espacio libre”. Este año las curadoras Yvonne Farrell y Shelley McNamara decidieron destacar la generosidad de espíritu y el sentido de humanidad presentes en las agendas arquitectónicas.
En la muestra, que comienza mañana, participarán 71 países. El presidente de la Bienal, Paolo Baratta, indicó que en esta oportunidad se enfocan en el espacio, en su calidad y en la oportunidad de que sea abierto y libre. “Pero espacio libre y espacio público también pueden revelar la presencia o ausencia de arquitectura, si la entendemos como pensamiento aplicado al espacio en el que vivimos y donde habitamos”, refirió.
El pabellón venezolano, cuyo curador es Nelson Rodríguez, presenta tres propuestas bajo el título CCS: Espacio rebelde. Ellas son el eje avenida Bolívar-Sabana Grande, La Rinconada y Simón Bolívar en La Carlota.
Eje inexistente. El arquitecto urbanista y profesor invitado en la cátedra de Diseño Arquitectónico de la Universidad Simón Bolívar, Francisco Paúl, señala que a pesar de que el eje avenida Bolívar-Sabana Grande era un gran proyecto originalmente, ha dejado de existir en años recientes. “Básicamente, sus espacios públicos fueron destruidos”.
Aunque asegura que es el único de los tres espacios seleccionados que realmente pudo realizarse, considera que acabó con el espacio público: “Lo que han venido haciendo con la Misión Vivienda allí es, precisamente, la negación del espacio público. Por lo que no entiendo qué espacio público llevan, más allá de lo que quedó, que es la calzada”, afirmó.
Para Paúl, la Misión Vivienda es simplemente un plan habitacional masivo. “Al ser humano se le considera como una sardina y se le mete en cajitas. Eso no construye ciudad, más bien la destruye. Son conjuntos de acumulaciones de personas, no hay relación con el espacio público, ni entre aquellos que se encuentran amontonados y estancados en esas latas”, dijo. Agregó que será difícil recuperar esas infraestructuras para darles los servicios básicos que requieren a fin de ser habitados.
“Lo que hubo fue una decisión casi inmobiliaria del sector público, pero como lo haría cualquier constructora salvaje: ocupando suelos que no se pueden ocupar, porque son un derecho público, ganado y adquirido. Pusieron encima suelo privado, porque es suelo de vivienda que es digamos el non plus ultra de la privacidad, es tu vivienda, y con eso borraron el espacio público, lo que va en contra de lo que están diciendo”, aseveró el arquitecto.
Paúl recibió una mención Especial en el concurso realizado por la Alcaldía Metropolitana en 2013, enmarcado en el Plan Caracas 20-20, donde se entregaron proyectos para el parque Simón Bolívar: “El único trabajo que existe sobre la base aérea La Carlota, ganado en un concurso, es de Manuel Delgado, profesor y arquitecto venezolano, que actualmente reside en Boston, y que ganó un certamen organizado por la Alcaldía Metropolitana, un órgano oficial que tenía competencias sobre el espacio público caraqueño”, recordó.
Sin embargo, ese proyecto no fue tomado en cuenta por el gobierno, que acogió un plan que no concursó y que como el parque Hugo Chávez, no tiene ninguna fecha de conclusión.
“Se burlaron de un concurso que organizó la Alcaldía Metropolitana con todas las capacidades legales y competencias, y ellos lanzaron una propuesta paralela que supuestamente comenzaron a ejecutar. Pero mentira, lo que hicieron fue construir un puente que no es para personas sino para camiones. Eso fue lo único que hicieron y no han empezado nada, allí siguen aterrizando aviones. Lo que sí lograron fue construir una cementera. Quizá en un futuro podremos reconvertir todo eso como el proyecto de Manuel Delgado propone, pues es un espacio verde, libre, caraqueño para todos los habitantes sin distingos”,concluyó.