La industria del entretenimiento también se ha visto afectada con la grave crisis que afronta Venezuela. Bucaramanga se ha convertido en un ‘imán’ para los artistas de ese país, quienes han llegado a la Ciudad Bonita con el único fin de conquistar escenarios y tener una mejor calidad de vida.
Euclides Ardila
Los artistas venezolanos también han tenido que emigrar y buscar oportunidades en otras parte del mundo, entre ellas Bucaramanga.
Y es que el fuerte fenómeno migratorio desatado por el éxodo de personas que se presenta a diario en la frontera entre Colombia y Venezuela, también ha incluido a vocalistas, modelos, bailarines, actrices y una gran variedad de artistas procedentes del país vecino.
Y no solo abandonan ese terruño los jóvenes que persiguen oportunidades de formación. También los que habían logrado construir un nombre en los escenarios de ese país se resignaron a dejar las plazas que cultivaron con tanto esfuerzo, y hoy llegan a Bucaramanga para acceder a un trabajo decente y bien remunerado.
Dionny Palma, reconocido cantante de la orquesta venezolana Karú y quien durante años sobresalió en la música tropical venezolana, es uno de esos profesionales que decidió radicarse en la capital santandereana con miras a ganarse la vida con su talento.
A sus 33 años, él tocó las puertas de las orquestas de nuestra ciudad para ejercer como vocalista. Claro está que, como él mismo cuenta, también ha explorado en la animación y ha ejercido las veces de locutor.
No solo él tomó esa opción. Su esposa, Cindy Suescún, bailarina y dueña de una reconocida academia integral de danza y modelaje en Mérida, también se radicó en nuestro municipio.
Para el vocalista Dionny, “lo que estamos viviendo va más allá del talento. La inseguridad y el tema social que se viven en nuestro terruño, otrora imán para los artistas, se ha convertido en las principales razones del éxodo artístico. Allá no tenemos las suficientes garantías”.
Una orquesta como la ‘Caracas Big Band’ decidió hacer sus giras en Colombia, dadas las pocas opciones de seguridad que se ofrecen en el país vecino.
También hay una interminable lista de ‘artistas chamos’, como se les dice popularmente, que han visto cómo los micrófonos se les han cerrado en su tierra natal y, por ende, se atrevieron a probar suerte en otros lugares del planeta.
Vale recordar al locutor venezolano Álex Goncalves, quien se trasladó a Panamá hace algunos meses para emprender nuevos retos profesionales. El otrora animador de ‘Doce Corazones’ también viajó al itsmo en compañía de su esposa, la periodista Karen Ferreir.
Además, según las casas disqueras del país vecino, “muchos de los cantantes que se han ido ya casi no se presentan en Venezuela”.
Y la lista es demasiado larga como para no percibir que lo que ha ocurrido en esa nación con la salida de tantos artistas, es una especie de desmantelamiento total del mundo del entretenimiento.
Es un hecho que la música popular se está quedando sin sus más grandes estrellas.
Otras figuras como José Luis Rodríguez, Ilan Chester, Franco De Vita, y Ricardo Montaner, mucho antes de la crisis política, ya habían emprendido sus carreras en el exterior. Aunque siempre pasaban bastante tiempo en Venezuela y se presentaban con más frecuencia, tras el panorama político han tenido que abstenerse de volver a los escenarios patriotas.
Dicen que a Óscar D´León, también al ver reducidas sus presentaciones por la crisis, ahora es más factible verlo afuera de su país.
No obstante, el peso mayor de ser artistas extranjeros pesa más en los jóvenes, esos que apenas están intentando construir sus nombres en la actuación, el modelaje o el mundo de la música.
Dionny agradece a Bucaramanga por “la aceptación que he tenido en esta tierra bonita”.
Atribuye esa buena vibra a que él ha hecho las cosas por la vía legal y, por supuesto, se ha sometido a los requisitos que una nación como la colombiana les exige a los extranjeros.
Pese a ello, no oculta la tristeza que siente por la crisis de su país.
La última canción, lanzada por el grupo de ska venezolano ‘Desorden Público’, retrata su preocupación.
Estos artistas abordan el tema de la emigración repitiendo el estribillo: “Los que se quedan, los que se van, algún día volverán”.
Acaso ¿será eso cierto?
¿Retornarán aquellos que se marcharon?
La respuesta a esa pregunta aún no se puede dar.
¿Acaso la posibilidad de una renovación política detendría la estampida hacia Bucaramanga?