Hacia fines del siglo XVIII, Venezuela era el primer productor mundial de cacao, pero a principios del siglo XX fue desplazado por el petróleo. Aunque aun hoy el país es rico en crudo, la recesión devastó a la economía: millones de personas ganan menos de un dólar por semana y la brecha entre ricos y pobres se ensancha.
En ese contexto, hay quienes recurren al cacao en un intento por ganarse la vida en medio de la crisis. «Nosotros pensamos que el verdadero petróleo venezolano es el cacao -dice Nancy Silva, fabricante de chocolate-. Podemos ser fuertes en calidad, por el aroma fino del cacao, por ser suave, por tener notas muy perceptivas de nuez».
Las barras de chocolate se venden principalmente a los más pudientes, mientras estos pequeños emprendimientos esperan que el cacao resurja y sueñan con una oportunidad para aprovechar los mercados internacionales.