Arianne Cuárez
Tierna y a la vez vorágine, bella y aguerrida, Caracas ha sido por 450 años la cuna de creadores de diferentes expresiones del arte que, tras una vida dedicada a la tarea de crear, son reconocidos por el pueblo como verdaderos personajes típicos de su entorno, multiplicadores de nuestros valores como pueblo.
La música como lenguaje universal agrupa la mayor cantidad de ésos personajes. El cantante Francisco Pacheco es uno de ellos.
Aunque no nació en la capital sino en Cata, estado Aragua, no hay caraqueño que no reconozca la voz de Pacheco sobre una tarima, y que no baile al ritmo de canciones emblemáticas del artista como Caracas, Caracas y Préstame tu burra, las mismas que volvió tan popular durante su estancia en el grupo Un solo pueblo.
Su labor le hizo merecer en 2016 el título “Bien de interés cultural”, galardón que recibió en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño.
Con el cuatro entre las manos, Cecilia Todd también es otro gran referente musical para Caracas, por darle voz a un repertorio venezolano en el que destacan temas como A tu regreso, Polo Margariteño y Oriente es otro color, en sintonía con ritmos de tradición.
También dentro del orden musical, la agrupación los Antaños del stadium, conformada en 1946 por el músico Jacobo Espinoza Álvarez, ha ocupado un sitial dentro de nuestro acervo cultural.
“La música cañonera y ese estilo rucaneao tan particular de los Antaños se ha convertido en música insustituible que se puede bailar hasta sin pareja”, comenta Teresa Marcano, esposa de Enrique Espinoza -hijo del fundador-, quien con más de 60 años de vida sigue bailando al ritmo de temas legendarios como La pelota de carey, Carmen la que contaba 16 años y La Ruperta.
Este grupo, uno de los más populares en la escena musical durante la década de los ’50 y ’60, animaron las comparsas de carnaval y las fiestas navideñas, interpretando géneros típicos de la ciudad como el merengue, el vals, el joropo y la wasa.
En este recorrido musical la salsa (el género musical más demandado y bailado por los caraqueños) no puede quedarse a un lado: aquí también saltan a la vista los nombres de creadores como Oscar D’ León, Vladimir Lozano y César Monge, todos ellos nacidos en la ciudad y consolidados como salseros de renombre.
Monge -mejor conocido como Albóndiga- hecha su cuento: “recuerdo esas presentaciones en los barrios de Altavista, Cútira y Las lomas de Catia, rodeados de gente que cantaba y bailaba con nosotros, y que nos hacían ver cómo sus vidas han estado influenciadas por la música que hacemos. De mis 67 años de vida, 53 los he dedicado a la música, tocando principalmente el trombón, y puedo decir que los mejores escenarios de Caracas son los barrios. Allí trascendió la música de la Dimensión Latina”.
En el cine y la poesía. Cuando de cine se trata, uno de los maestros de ésta disciplina más experimentados y reconocidos por los caraqueños es Román Chalbaud.
Gran parte de sus 85 años de vida los ha dedicado no solo al cine sino también al teatro y a la televisión, partiendo de una metodología autodidacta que corresponde más al sentimiento que a lo académico.
“Como estudiar cine en los años ’40 era tan caro, yo recompensaba el no poder estudiarlo leyendo muchos libros y cuando dirigí por primera vez lo hice tan seguro que ya sabía dónde iba a poner la cámara. Me di cuenta entonces de que yo había nacido para esto”, dijo Chalbaud en una ocasión.
Caracas también es la cuna de otra gran cineasta que desde 1958 irrumpió en la gran pantalla, primero con Araya y después con Reverón, estampando su nombre y el del país en el Festival de Cannes. Es la única mujer reconocida con el título de Premio Nacional de Cultura, mención cine.
Pasando al mundo de las letras, sobran los nombres de escritores venezolanos que con su pluma han rendido tributo a la ciudad: Víctor Valera Mora, Juan Antonio Pérez Bonalde, Aquiles Nazoa y Andrés Eloy Blanco, entre tantos otros, pero hay un poeta y promotor en particular que dedicada al menos dos horas de su rutina diaria a escribir sobre Caracas: William Osuna, quien asume la promoción cultural en la capital desde la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello.
“Para mí ésta ciudad es parte de mi propia estructura física y cultural. Es la ciudad donde nací y por ello el amor que siento hacia ella se refleja en mi lenguaje. Escribir sobre Caracas es escribir sobre sus mujeres, sus hombres, su forma de vivir, de amar, de soñar, y eso la ha convertido para mí en mi poema perenne”, expresa el autor.
Otro de los poetas ampliamente conocidos en la ciudad y que ha dedicado parte de su obra al estudio de Caracas, desde las relaciones humanas y también desde la forma en cómo esa gente se relaciona con la infraestructura caraqueña, es Juan Calzadilla con sus poemarios Diario sin sujeto y Ciudadano sin fin, apenas dos títulos dentro de un sin fin de poemas, relatos, cuentos, novelas y demás historias que escritores fallecidos, actuales y otros por nacer han dedicado a la ciudad.
Caracas seguirá siendo cuna de creadores así pasen 450 años más.
Fuentehttp://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/aniversario/caracas-se-ve-los-rostros-artistas/