119 años del nacimiento del economista y político venezolano, Alberto Adriani, se conmemoraron el pasado miércoles 19. Por ese motivo, el presidente de la Fundación que lleva su nombre, Román Duque Corredor, destacó en un breve acto, la vigencia de las ideas en la Venezuela que hoy atraviesa serias dificultades económicas y sociales.
Para el ex magistrado Duque Corredor, este venezolano nacido en la población de Zea, Estado Mérida, el 14 de junio de 1898, representó sin duda, esperanza y futuro para la Venezuela postgomecista. “Por lo que su muerte fue tan sentida y lamentada nacionalmente”.
“La divulgación de su obra, su pensamiento y su acción, como personalidad sobresaliente de científico y trabajador incansable por el desarrollo cultural, social y económico sustentable de nuestro país, justifica se conmemore el 119 aniversario de su nacimiento y se recuerde su legado de progreso en libertad, sobre la base de un compromiso nacional, como un acervo aún no cumplido en nuestro país”.
Al morir, recuerda Duque Corredor, el presidente de Venezuela para el momento, Eleazar López Conteras, calificó el hecho “como una lamentable pérdida para Venezuela”, y así lo ratificó a través del Decreto Presidencial de fecha 10 de agosto de 1936, al anunciar al país el fallecimiento del doctor Alberto Adriani, Ministro de Hacienda y al declarar por ese motivo duelo oficial por tres días a partir de esa fecha.
El Dr. Alberto Zérega Fombona, su profesor en la Universidad de Ginebra, en sus palabras en la Cámara de Diputados calificó su fallecimiento de “desgracia nacional” por significar una pérdida “para propiciar la grandeza del futuro patrio”: Y, el escritor Pedro Sotillo, al referirse a la muerte de Alberto Adriani, lo llamó “una de las personalidades más vigorosas de Venezuela”.
Adriani, señaló el presidente de la Fundación, nos dejó un legado donde insiste en la necesidad de buscar puntos de confluencia para encontrar caminos o sendas de progreso y de paz para superar la crisis que en todos los órdenes sufrían los venezolanos.
“Adriani consideraba obligatorios para los gobiernos los consensos y conciertos en épocas de crisis y de transiciones políticas, según su concepción que gobernar no es mandar sino dialogar. Deber estadal que hoy día es más imperioso por el deterioro institucional y el déficit económico y social en que se encuentra Venezuela, reconocido por organizaciones nacionales e internacionales científicas y de opinión, de innegable prestigio y de acrisolada autoridad”.
La Fundación Alberto Adriani, considera, que los 119 años del nacimiento de su epónimo, es oportunidad propicia para hacer justicia a quien pensó en un proyecto de país, que no se queda solo en el plano político sino que comprende también lo económico, lo social y lo educativo, y, que, en palabras de Mariano Picón Salas, es su aporte doctrinario, como estadista, para sacar “de la tiniebla una vida nacional aterida y muerta”, que aún sigue pendiente en el país como un legado incumplido.