Carlys Páez
La razón por la que siempre te amaremos, por tu oro, y no es ese el que te ha creado un reconocimiento incluso mundial, ese que obedece a un recurso cuya naturaleza solo coloco entre tus tierras, existe de forma quizás menos evidente una Venezuela mucho más rica, aquella tierra que gesto gente bendita y de bondad, esos a los que entre sus venas solo les traspasa un compromiso y amor entre ellos, por su tierra, por su valor y protección, ese es el oro que hoy quisiera resaltar y reconocer. Hay una calidad humana que obedeció a la educación y crianza de nuestros padres y abuelos, a lo que nosotros le debemos rendir honor y lealtad.
Todo lo que tu tierra inspiro Venezuela, fue a personas no solo soñadoras sino persistentes, personas de luz, de gracia, que esos son seres que hace tantos años aceptaron, refugiaron y protegieron a personas de diferentes lugares del mundo, tú le brindaste inicios, segundas oportunidades y en experiencias que se transformaron en otras vidas. Es cierto que los venezolanos nos abrazamos entre nosotros y abrazamos a tantos otros, y los hicimos nuestros, pero porque esa era y siempre ha sido nuestra real esencia cultural y lo que solo nos hace diferentes, yo como tu Venezuela abrace a extranjeros que se acobijaron y permanecieron en tu sombra luego de sus largos y férreos caminos, fuimos testigos de los rostros de los que no solo admiraban la belleza de tu extensión natural, también te amaron, y agradecieron el cariño y humildad de tu gente, que orgullo y placer el verles maravillarse contigo y con la gente que hizo a esa Venezuela.
Constantemente desearía revertir tu realidad, por segundos me dispongo a ver esa Venezuela de frondosa naturaleza y de grandeza humana que nos forjo con orgullo por ti, esa de los Andes dulces y de costas calientes, y esas de niños alegres con los que crecimos, creo que aún con todas las maravillas del mundo, no hemos visto niños tan felices y sonrientes como esos con los que tú nos permitiste crecer y vivir. Venezuela, sabemos que quieres que mantengamos la fe inquebrantable por ti, por tu nuevo florecer.
Oro puro, ese que nos enseña un amor venezolano que hace familias sin serlo, esas como decimos familias que “escogemos”, esas cuyas diferencias no existen, y en las que solo tiene que prevalecer la reciprocidad de cariño y sinceridad, es sido testigo de tu gente que no lo tenía todo y siempre daba de más, y no solo lo material, más amor, incondicionalidad, ayuda y solidaridad, a eso es lo que debimos siempre aprender, obedecer y proteger. Nada es comparable con eso que haces sentir al recordarte, porque sentirse agradecidos contigo es admirar y reconocer lo que nos has brindado y la maravilla de haber estado destinados a esa tú tierra.
Haber vivido complacidos y satisfechos como Venezolanos es tener la certeza de que eso es lo que de nuevo estamos forjando, aún ante la dificultad, es tener la certeza de que merecemos y aprovecharemos otra oportunidad, no es vivir de tu pasado lo que soñamos, es de querer volver a construirlo, Venezuela ésta vez nos exige la lucha personal por demostrar que sí es posible la vida y alegría para todos, como aquella que nos enseñó que el amor, tolerancia y respeto serían las únicas vías para la feliz convivencia en la grandeza de sus campos y mares.
Ver brillar ese tu oro, ese que no ha desaparecido, aún seguimos brindándonos la mano, seguimos levantándonos y levantando a alguien más, seguimos admirándonos entre nosotros, aplaudiendo ese que nos representa y reconociendo su coraje, trabajo y esfuerzo, son las señales más claras de que la vida y el mundo podrán ser de nuevo testigo del renacer de su gente y de la Venezuela que quisieran conocer y vivir, es será hoy y siempre decisión nuestra, esa de excavar, desenterrar y pulir para siempre hacer brillar el oro de Venezuela.
Venezuela…
30-03-2017
