Desde hace 65 años la casa de la familia Purroy, en el casco histórico de El Hatillo, abre sus puertas en octubre y hasta el 23 de diciembre para vender hallacas. El segundo piso de su casa está acondicionado con fogones, ollas, molinos y neveras. 13 personas amasan, rellenan y amasan para lograr el sabor navideño. Este año, a pesar de la crisis, mantuvieron la tradición.
Recorrieron Caracas varias veces para conseguir los ingredientes y sortearon cortes de luz de más de 18 horas, pero al final de su jornada el saldo es positivo: 2.875 hallacas vendidas. “Este año el mayor reto fue conseguir el maíz y la harina. Es la primera vez desde que estoy aquí que me tocó salir del Mercado de Coche para comprar todo”, cuenta Carlos Ascanio, quien heredó el negocio de su tía, por ser el más “entrépito” y aprender la receta de memoria.
Esta Navidad la afluencia de clientes se mantuvo, pero las cantidades de compra fueron menores. “Antes la gente compraba 25 kilos de masa, ahora compran 5 kilos, lo mínimo. Como está tan difícil conseguir los ingredientes están comprando más hallacas listas”, dice Nancy de Ascanio. Una hallaca es ofrecida en 4.500 bolívares y un bollo, en 2.500 bolívares.
“Tuve suerte de conseguir todo lo que necesitaba para que el producto final me quedara igual que siempre. Ya no hacemos más hallacas vegetarianas, por ejemplo, porque son más caras y requieren más tiempo, pero seguimos haciendo las que son bajas en grasa”, explica Ascanio.
Andrea Calafati esperaba ayer sus dos kilos de masa lista para preparar sus propias hallacas sin sacrificar la harina que guarda en casa. “Esconde esa bolsa, que llevamos oro”, le dijo su esposo –en parte en broma, en parte en serio– al salir del lugar.
Fuente El Nacional
http://www.el-nacional.com/noticias/sociedad/hatillo-siguen-haciendo-hallacas-pesar-escasez_72458