La mayoría de las compañías quiere contribuir al crecimiento de la paupérrima economía del país que preside Maduro
Más de un centenar de medianas y grandes empresas españolas están asentadas actualmente en Venezuela. Aunque en los últimos años han recibido en más de una ocasión presiones por parte del Gobierno local, casi siempre de forma indirecta, la intención de la gran mayoría de las compañías es seguir en ese país ycontribuir al crecimiento de su paupérrima economía. Ayer mismo, se conoció que Venezuela registró una inflación del 68,5% en 2014, una de las más altas de todo el mundo, según informó el Banco Central (BCV).
Prueba de este interés por continuar en el país es que, por ejemplo, Movistar ha empezado el despliegue de la nueva red 4G, y que el grupo Meliá va a desarrollar y operar cinco nuevos hoteles en Venezuela, según el convenio alcanzado el verano pasado. Hace justo un año, Repsol firmó un acuerdo con la petrolera estatal Pdvsa para invertir 875 millones de euros en el ambicioso proyecto de Petroquiriquire y elevar la producción de crudo hasta los 60.000 barriles diarios en cinco años. «Es un proyecto de ilusión», dijo entonces el presidente del grupo español, Antonio Brufau.
El impacto cambiario de Venezuela está afectando especialmente a Telefónica, Mapfre y BBVA. «Las cosas no están saliendo como esperábamos», dijo hace unos días el presidente de esta entidad, Francisco González.
Asimismo, las aerolíneas, no solo Iberia y Air Europa, están sufriendo las restricciones del Gobierno a la repatriación del dinero de estas compañías a sus respectivos países. Algunas de ellas se han visto obligadas a reducir sus vuelos a aquel país para evitar que aumente la deuda contraída.
Fuente: http://www.abc.es/