Lorenzo Mendoza Giménez (Caracas, 1965) es ingeniero industrial, graduado de la Universidad de Fordham en Nueva York. Casado y con seis hijos. Deportista y emprendedor. Es el presidente ejecutivo de Empresas Polar, el conglomerado de bebidas y alimentos más importante del país. Un líder nato, admirado por los venezolanos y entrevistado por Tendencia.
Por Ana Bracho Vegas @nani_bracho | Fotografías: Ramón Castillo @RamonCastilloF
“Siempre se debe apostar a las cosas buenas, a la alegría, a lo posible, a lo grande; a pesar de que la vida trae sufrimientos, también da satisfacciones. Lo negativo, por terrible que sea, es pasajero, por eso no podemos dejarnos abrumar por los problemas”. Las palabras bien podrían ser de Lorenzo Mendoza Giménez, sin embargo, son de su madre, Leonor Giménez de Mendoza, y datan de 2003, de una entrevista con el diario El Nacional. Ella es el ejemplo a seguir de su hijo Lorenzo, quien hoy es el presidente ejecutivo de Empresas Polar. De ella, no solo heredó los genes sino también un optimismo que expresa al hablar y un sentido de permanencia y pertenencia con Venezuela.
Estando ante un micrófono o simplemente sentado a la mesa compartiendo, Lorenzo Mendoza se desenvuelve de la misma manera: elocuente con sus ideas, honesto en sus opiniones y ubicado en el “cuadrante optimista”. Así fue la noche del 25 de marzo de 2014 cuando visitó la sede de la revista. De noche, desde lo más alto de la Torre Tendencia y con Maracaibo como su anfitriona, compartió su visión de país, la misma por la que muchos venezolanos coinciden con él.
¿Por qué Empresas Polar sigue apostando por el país?
—Porque este es el país más espectacular que de alguna forma puede existir. Nosotros somos venezolanos hasta los tuétanos y Venezuela tiene tantas oportunidades. Nosotros tenemos algo que, por más de casi 73 años, hemos visto cómo con compromiso y visión a largo plazo, reinversión continua y apoyando a nuestra gente, los venezolanos de alguna forma prefieren nuestros productos, porque saben que son hechos para ellos y por venezolanos. Lo hecho en Venezuela tiene éxito cuando uno lo trabaja con cariño como es el caso de ustedes (Tendencia).
¿Cómo se puede recuperar la iniciativa de lo “hecho en Venezuela”, la misma que usted menciona siempre que habla con los medios de comunicación?
—Creyendo que lo nuestro es lo mejor. Como todo en la vida, las personas que tienen seguridad en sí mismas, que tienen autoestima, que se aprecian, que son sencillos, que son humildes, terminan siendo triunfadores. Yo creo que la mejor forma de recuperar que ‘lo hecho en Venezuela es lo mejor’ es que todos busquemos siempre en las adversidades la oportunidad de hablar bien de nuestro país. En nuestro país siempre hay cosas buenas de las cuales hablar. Siempre hay oportunidades para unirnos en las cosas buenas que este país tiene.
—Yo siempre estoy en el cuadrante optimista, en el cuadrante positivo. Si todos nos dedicamos a eso, ese cuadrante lo vamos a ir expandiendo y en el tiempo va a ser el cuadrante más grande. Pero si siempre nos metemos en negativo, lamentablemente vamos a quedar arrinconados los que pensamos que el país es mucho más que los que tratan de pensar que lo negativo triunfa sobre lo positivo, y que lo malo triunfa sobre lo bueno. Yo pienso al revés.
Lorenzo Mendoza es sencillo en su apariencia, viste una camisa de pequeños cuadros celestes, manga larga; una correa de tejido a rayas y jean azul —de cuyo bolsillo cuelga su carnet de identificación de Empresas Polar—. Es de contextura delgada, como la de un maratonista.
Mientras está en la Torre Tendencia saluda a todos con una sonrisa. Bromea con jóvenes que se han acercado para conocerlo. Está en Maracaibo de visita para entregar botones de reconocimiento a sus trabajadores en la región. A su cargo tiene a más de 20 mil personas. Es la tercera generación de la familia Mendoza que asume las riendas de una empresa con siete décadas de vida. Es un empresario eficaz, sin embargo, no se considera apto para dar recetas sobre cómo ser exitoso.
—Sería arrogante de mi parte dar recetas. Yo lo que menos tengo es recetas para gente que está tratando de hacer el bien en distintas dimensiones. Siempre he pensado, de alguna manera, que lo más que puedo hacer es exponer lo que realmente ha sido la visión de cómo nosotros hemos logrado hacer lo que hemos hecho, pero no hacerle recetas a los demás.
—Para que un país tenga éxito todos tenemos que poner de nosotros y nuestras mejores habilidades y capacidades para que muchos puedan aportar soluciones. Yo creo que todos tenemos alguna solución que aportarle a Venezuela; si somos capaces de escucharnos y capaces de ponernos en el zapato del otro, Venezuela en muy corto plazo puede ser un país que vaya por la senda del crecimiento, del desarrollo y la unión, independientemente de nuestros pensamientos, de nuestras ideologías, nuestros afectos, nuestros cariños; podemos todos tener una convivencia sana y fructífera, sobre todo las clases más vulnerables que son las que de alguna forma aspiran a tener mejores oportunidades
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“El que envidia no avanza, el que aspira llega lejos”; esta frase dicha por usted pareciera resumir la filosofía de su familia en cuanto a la labor en Venezuela:
—Sin duda, es un lema de mi vida. Es un lema de mis antepasados, es un lema de alguna forma de los que trabajan en Empresas Polar. Es un tema donde la gente que quiere la superación y aspira, llega lejos. Nosotros lo hemos visto, la gente construye su vida en base a compromiso, trabajo, esfuerzo honesto y decidido. No hay nada que sustituya a un trabajador honesto y decidido, porque en esa medida no solamente crecemos por la vía de la aspiración, los que estamos en esa ruta, sino que tenemos un impacto en la familia o en las comunidades, en el área en que nosotros nos desempeñamos. Yo soy un fiel creyente de que eso es contagioso y lo he visto en nuestros trabajadores que han pasado por más de 73 años en esta empresa. Los que estuvieron tienen una mejor vida, digo los que están jubilados, y los que estamos ahorita. Este es un lema que no es solamente mío, nosotros lo practicamos día a día y vemos que da resultado. Por eso me siento muy orgulloso de alguna manera de lo que es ese sentimiento de compromiso y de visión a largo plazo que tiene nuestra gente con Venezuela.
Lorenzo Mendoza es un hombre de hechos, sus opiniones las sustenta citando cifras y porcentajes. No cree en planes B, así lo dejó saber hace dos años en una entrevista con Leonardo Padrón y hoy en día su convicción parece seguir intacta. Está claro en sus deberes y derechos.
¿Qué busca en todo lo que lo representa?
—Busco tolerancia, busco el respeto a la institucionalidad de los que en un momento dado tenemos responsabilidad. Yo respeto las instituciones, por ende, las personas que representan esas instituciones tienen que tener para mí lo más importante de todo, que es un amor profundo por Venezuela. Una identificación con todo lo que realmente nos une y un trabajo donde lo público nos duela, donde el espacio público que todos compartimos, sea un parque, sea una calle, de alguna forma nos duela. Si queremos estar vinculados a lo público pues tiene que dolernos lo público.
Un consejo para los emprendedores y para no decaer ante la adversidad:
—Por encima de todo crean en su país, crean en sus fortalezas y complementen sus debilidades con personas que tengan los mismos valores y principios que ustedes, pero que tengan competencias distintas a las de ustedes, que se complementen. Cada quien a lo suyo y sobre todo cuando uno es emprendedor tiene que buscar apoyos. Si yo busco apoyos exactamente iguales a mí, en mis habilidades y destrezas que tengo, lamentablemente no voy a buscar, digamos, la forma de poder complementar visiones que sean un poco más integrales y más ambiciosas. Pero el piso de los valores sí tiene que ser igual porque si no funciona. Sí funciona tener competencias y habilidades distintas, no funciona tener valores y principios distintos.
¿Entre Empresas Polar y Tendencia considera que existen rasgos en común?
—Aquí hay una empresa que está emprendiendo y que nació chiquita producto de la inventiva, de la capacidad individual que luego contagia a un colectivo, que contagia a personas y profesionales como ustedes que se anotan y dicen: “Yo creo en lo que está haciéndose aquí, yo me anoto en esa, y yo también puedo aportar mucho en ese crecimiento”. Yo creo mucho en eso y eso es una similitud donde, independientemente del tamaño que tengamos en una empresa o un emprendimiento, lo importante son las ganas de querer triunfar por la vía de hacer el bien y tener un impacto positivo sobre las audiencias que tenemos. Yo sí creo mucho en que el pequeño quiere ser mediano y el mediano quiere ser grande. Eso también es la escalera del éxito en la vida. Yo no pienso que el pequeño se quiere quedar pequeño ni el mediano quiere ser pequeño. Lo único que puede hacerlo posible es el esfuerzo, el trabajo, la visión a largo plazo, la reinversión continua, y el compromiso con muchos de ustedes, hablar con la verdad.
—El modelaje y lo que uno piensa y cree, uno lo tiene que practicar, lo tiene que hacer. La palabra refuerza comportamiento, pero el comportamiento en el modelaje no tiene sustituto en la vida. Ustedes, lo que he visto, están comprometidos con el país, tienen gente joven, veo muchas mujeres representadas aquí, cosa que felicito, pero además de eso veo que tienen principios y valores familiares.
—Creo que toda persona que tenga una aproximación al emprendimiento por la vía de beneficiar a muchos va a tener éxito en la vida. La gente está deseosa de noticias positivas y Tendencia es positiva.
Publicada por: Revista Tendencia http://www.tendencia.com