Los sábados y los domingos la panadería de Marín se llena de venezolanos que acuden con sus familias a desayunar cachitos, empanadas o arepas rellenas.
osé Luis Marín forma parte de la diáspora venezolana que se estableció en Madrid. Hace seis años abrió una fábrica de quesos frescos venezolanos en las afueras de la capital española; después, en 2010, una panadería en Las Tablas, al norte de la ciudad; en 2012 el restaurante Araguaney Grill, a media cuadra de la Embajada de Venezuela, y el próximo primero de marzo inaugurará su segunda panadería, en Majadahonda.
“Hicimos muchas pruebas antes de lograr la calidad que caracteriza a los quesos de telita y guayanés. Nos costó mucho, pero finalmente lo logramos”, comenta Marín, quien comenzó solo este proyecto al que luego se sumaron su hija Johanna y su yerno Fernando Rodríguez, y cuya fábrica, Antojos Araguaney, se convirtió en el principal proveedor de quesos, cachapas y tequeños congelados de restaurantes venezolanos que han abierto en España y Europa.
Los sábados y los domingos la panadería de Marín se llena de venezolanos que acuden con sus familias a desayunar cachitos, empanadas o arepas rellenas. No faltan ni la reina pepeada, ni la pelúa, ni la catira. En el restaurante, a cargo del cocinero Gerardo Iribarren, responsable de la elaboración del menú, las entradas están bautizadas con la frase Más pintada que una guacamaya, y las raciones y guarniciones son un paseo gastronómico titulado De Zaraza a El Tocuyo.
“De los platos que ofrecemos en Araguaney Grill a los españoles les gusta el que se llama Tostones Chichiriviche, vieiras en salsa flambeada con cocuy, servidas sobre plátano frito, con un toque de tamarindo”, asegura Rodríguez, quien también menciona el crujiente de mollejas con emulsión de cambur entre los preferidos.
Fuente: El Nacional
ANDRÉS ROJAS JIMÉNEZ